EUCARISTÍA
La
Sagrada Eucaristía culmina la iniciación cristiana. Los que han sido elevados a
la dignidad del sacerdocio real por el Bautismo y configurados más
profundamente con Cristo en la Confirmación, participan por medio de la
Eucaristía con toda la comunidad en el sacrificio mismo del Señor. Cristo
instituyó en la Ultima Cena, el sacrificio eucarístico de su cuerpo y su Sangre
para perpetuar por los siglos el sacrificio de la cruz y confiar el memorial de
su muerte y resurrección a la Iglesia. Es signo de unidad, vínculo de amor,
banquete pascual en el que se recibe a Cristo.
La Institución de la Eucaristía
El Señor, habiendo amado a los
suyos, los amó hasta el fin. Sabiendo que había llegado la hora de partir de
este mundo para retornar a su Padre, en el transcurso de una cena, les lavó los
pies y les dio el mandamiento del amor, para dejarles una prenda de este amor,
para no alejarse nunca de los suyos y hacerles partícipes de su Pascua,
instituyó la Eucaristía como memorial de su muerte y de su resurrección y
ordenó a sus los apóstoles celebrarlo hasta su retorno, "constituyéndoles
entonces sacerdotes del Nuevo Testamento" "Yo
soy el pan e vida. Sus padres comieron el maná en el desierto, pero murieron,
aquí está el pan que baja del cielo para comerlo y no morir. Yo soy el pan vivo
bajado del cielo; el que coma de este pan vivirá para siempre. Pero además, el
pan que voy a dar es mi carne, para que el mundo viva... el que come mi carne y
bebe mi sangre, vive de vida eterna y yo lo resucitaré en el último día."
(Jn 6, 48-60).
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