UNCIÖN
DE LOS ENFERMOS
El sacramento de la Unción es el sacramento de la
esperanza teologal, de la esperanza de entrar en la Gloria; de la entrega
tranquila del espíritu en los brazos amorosos del Padre-Dios; en los brazos en
los que Cristo entregó el suyo desde la Cruz. No de una esperanza que fija su
meta en el bien físico de la salud corporal, sino de una esperanza teologal que
tiene puesta la vista en la resurrección de ese cuerpo dolorido que ahora está
ungido con el óleo, y en su destino final que es la Gloria.
No es un remedio terapéutico de la enfermedad del
cuerpo, pero al infundirle fe y esperanza al enfermo, bien puede aliviarle
suavizándole la enfermedad, haciéndola mucho más llevadera..., e incluso
sanándola, si ello ha de redundar en bien del alma. (Esta doctrina está
recogida en el Concilio de Trento, de acuerdo con la Tradición de la Iglesia)
En el sacramento de la Unción de los Enfermos se
realizan dos gestos o signos que tienen un profundo sentido: la imposición de
manos y la unción con aceite.
El mismo Jesús practicó el gesto de la imposición
de manos sobre los enfermos (Mc 6,5; Mt 8,3; Lc 4,40) y lo encargó a sus
discípulos (Mc 6,18), que lo practicaron habitualmente (Hch 9, 12.17; 28,8) Es
un signo de la bendición que este sacramento confiere.
Respecto a la unción, los seguidores de Jesús, aún
cuando estaban con él, ungieron a los enfermos (Mc 6,13) y el mismo Jesús
utilizará otros símbolos como la saliva (Mc 7,32-33; 8,23; Jn 9,6) para
devolver la salud. Esta unción con aceite simboliza la unción del Espíritu que
conforta y auxilia en la enfermedad, identificando al cristiano con Jesucristo
resucitado.
El sentido fundamental de este sacramento lo podemos concretar en estas afirmaciones:
El sentido fundamental de este sacramento lo podemos concretar en estas afirmaciones:
- A través del sacramento de la Unción, la Iglesia
se dirige al Señor para pedir la salvación y el alivio de sus miembros
enfermos, así como la fortaleza para aquellos que afrontan la debilidad de
la vejez.
- Por la Unción, el enfermo y el anciano se ven
fortalecidos en su fe porque se hace patente la relación profunda que su
situación guarda con la muerte y resurrección de Jesucristo.
- Este sacramento perdona los pecados de aquel que
lo recibe, haciendo presente la misericordia de Dios
- La solidaridad y el servicio de la Iglesia para
con sus enfermos y ancianos se concentran litúrgicamente en los gestos que
se realizan en este sacramento.
Son receptores del sacramento:
- Los fieles que por enfermedad grave o a causa de
su avanzada edad se encuentran en peligro de muerte. El sacramento puede
repetirse si el enfermo recupera de nuevo sus fuerzas después de recibir
la Unción de los Enfermos o si durante la misma enfermedad se presenta una
nueva recaída.
- Los que vayan a someterse a una intervención
quirúrgica como consecuencia de una enfermedad peligrosa.
Este sacramento es muy especial cuando, las personas requieren ser perdonadas por todo lo que hayan cometido.
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